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Fronteras imaginarias

Thinking the city in the twenty-first century requires thinking the periphery; a periphery which has become omnipresent, without a centre. The logic of centre and periphery is no longer one of interdependence and transfer, but of disconnection and extreme forms of unequal exchange: extraction. In raising the question of the city today, we cannot be blinded by the pep talk about the success of the city as nexus of the new creative economy.

Despite the hype about ‘mobility’, ‘smooth space’ or ‘the space of flows’ and, of course, ‘globalization’, we live in ‘striated space’, a world of control, division, disconnection and exclusion.

Lieven De Cauter and Michiel Dehaene

Tijuana es la última ciudad de nuestro país, después de ella o mejor dicho, después de el muro metálico estadounidense, se encuentra San Diego, se dice que estas dos ciudades comparten tantas cosas que se ha llegado a pensar en ellas como un mismo sistema político, social y económico lo cual suena muy bien hasta que se menciona ese territorio incómodo que es el umbral entre ambas ciudades, territorio de cámaras de vigilancia, scanners, pasaportes y militares. Tijuana y San Diego, podría decirse, son el fenómeno de choque entre dos urbes, dos historias diferentes pero compartidas, dos estructuras, dos panoramas etc; pero la escala es mucho más grande, esta frontera no sólo
divide dos ciudades sino que divide dos países, divide un continente y dos sistemas productivos totalmente desiguales, dos economías totalmente asimétricas.

 

Tijuana es la última ciudad en latinoamérica antes del mundo desarrollado y al mismo tiempo la primera del subdesarrollado.

El riesgo del arte fronterizo es afirmar que dos mundos opuestos

(lo gringo y lo mexicano, lo masculino y lo femenino, lo mestizo y lo indígena, lo nacional y lo chicano, lo occidental y lo antiguo, los pobres y los ricos, etc.) coexisten en la realidad social a igual manera que coexisten en la representación artística.

 Heriberto Yépez

Tijuana y San diego son parte de sistemas mucho más grandes que sus propias ciudades, no se puede
hablar de una ciudad transfronteriza cuando las diferencias entre lado y lado son tan radicales, no se
puede hablar de sociedades que se mezclan para formar una nueva súper sociedad cuando entre ellas mismas se discriminan, no se puede hablar de economías y agendas públicas compartidas cuando el muro simboliza el fin del tercer mundo con el primero, es extremadamente asimétrico.
Hay ocasiones en las que mezclar no es la opción, la fusión en cualquiera de los casos sería desigual porque sigue existiendo una barrera física. La clave no está en la conjunción de ambas culturas sino en el choque y
las contradicciones que se pueden generar, es por eso que Tijuana es tan rara, tan seductora, atractiva y
ambigua. Es la asimetría lo que hace tan bizarro e interesante el choque. Hay un lugar donde es posible
observar y sentir estas confrontaciones de lo bipolar, y ese lugar es el arte. El arte tiene el poder
de fusionar mundos tan fácilmente que se olvida de cualquier barrera, es un mundo sin política, sin reformas
migratorias, un mundo utópico donde se puede jugar a chocar, juntar, dividir o separar. El mundo donde se vale
juntar ensalada césar con comida china, o música de banda con techno. El problema es cuando regresamos
a la vida real; en el mundo de los migrantes, del narco y de los bordos, el muro no se ha movido ni un centímetro y es más seguro que este crezca a que llegara a ser disminuido.

Es por eso que el arte y la cultura son tan importantes en Tijuana, ellas tienen el poder de presentar y representar realidades que pueden ser tan utópicas o crudas como se quiera, pero que dan significado a lo que sea que es Tijuana y al mismo tiempo tienen el poder de cambiar y dar mensaje a la ciudad.

Si ambas ciudades dejarán de ser diferentes, todo lo bello y lo que nos atrae de Tijuana dejaría de existir en
ese preciso momento, nada tendría chiste, todo estaría resuelto dejaría
de ser Tijuana para convertirse en otra cosa completamente diferentes.

En los años 60’s se emplea el programa de industrialización en la frontera mexicana con los objetivos de ocupar la mano de obra disponible a partir del cierre de fronteras, elevar el nivel de vida de las comunidades y utilizar la materia prima disponible, lo que atrae grandes industrias internacionales en búsqueda de mano de obra e infraestructura barata, además de los beneficios fiscales y pocas restricciones para inversión que Tijuana ofrecía. Lo que con el paso de los años provoca una industria maquiladora muy dinámica y con ellos el crecimiento de la
población, por lo tanto de mano de obra y de esta manera atrayendo a más empresas para instalarse en la
ciudad, generando así a lo largo de los años que la estabilidad económica que la industria maquiladora
ofrece las mantenga como fuente importante de ingresos en Tijuana en la actualidad.

La percepción de la industria maquiladora en Tijuana es contradictoria, por un lado es evidente el beneficio laboral y económico que trae a la ciudad, pero por otro, existe una percepción por los habitantes de el impacto ecológico negativo y las condiciones de trabajo en las que se encuentran los empleados. Es una industria que ofrece sueldos muy bajos y tiene exigencias y requerimientos muy altos. No obstante, las maquiladoras en Tijuana son la base que mantiene a muchas familias. Pero es importante destacar el efecto sociocultural que este fenómeno político económico provoca, el cual radica en la influencia de la estructura familiar tradicional mexicana, ya que un alto porcentaje los hogares tijuanenses son de jefatura femenina. Según el último censo de INEGI en 2010, en el municipio de Tijuana son en total 94,022 hogares, en los cuales viven 355,635 personas, y de los cuáles el 60.9% de hogares son de jefatura femenina. De esta manera se altera esta estructura familiar, cuestionando así el papel de la mujer como ama de casa o madre de familia únicamente, y el de hija como aspirante exclusivamente al mismo, en un contexto en el que generalmente la clase social baja conserva esa estructura de una manera más arraigada. Así, se puede decir que Tijuana está por encima del resto de las sociedades mexicana arraigadas a tan tradicional sistema familiar.

 

Cooperativa Camino Verde  busca empoderar a la comunidad a partir de equipamiento estratégicamente ubicado, actuando así como punto nodal para la colonia y otorgando infraestructura urbana de la cual carecen, este nodo conecta la reticula urbana informal con el parque industrial donde labora principalmente los habitantes de la colonia. El sitio donde se inserta el proyecto actualmente es una gran barrera de malla que forma esta nueva frontera, una frontera imaginaria. 

El complejo está compuesto por 4 elementos principales: educación, trabajo, recreación y acceso a servicios. 

 

Su Centro de Investigación y Area de Producción funcionan a través de un sistema de cooperativa que permite a la comunidad fortalecerse económicamente a partir del uso de desechos de la industria, siendo este un ingreso extra para las familias. La biblioteca y centro de cuidados infantiles responden a la idea de empoderar a la comunicación con educación,  generando un espacio de intercambio así como soporte a la grande comunidad de mujeres trabajadoras jefas de familia. El area recreativa y servicios une a los integrantes de la colonia generando un sentido de comunidad mas fuerte.

*Proyecto en colaboración con Jonás Martínez 

 © 2020 Rebeca Bravo Amador. Orgullosamente creado con Wix.com

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